Problema de ajedrez 547: Pomazkin - Gubik (URSS, 1982)

El pasado diciembre las autoridades bengalíes pusieron el veto al guión de la película, que narra las peripecias de un sacerdote católico en el mísero barrio calcutí de Pilijana. La controversia principal procedía de secuencias en las que se describía un matrimonio entre niños o una venta de esqueletos, prácticas que continúan vigentes en la sociedad bengalí, pese a la prohibición de la ley federal de la Unión India. Roland Joffe, tras negociar con las autoridades, se habría avenido a no incluir esas escenas. «Es imposible cambiar todo el guión -dice-, pero haré ciertas modificaciones».


El ministro de Información de Bengala, Budhadeve Bhatacharya, también se muestra ahora contemporizador: «Las discusiones preliminares han resultado satisfactorias». Lo cierto es que un buen número de cineastas bengalíes (Calcuta es indiscutiblemente el centro de la poderosísima industria cinematográfica india) habían expresado en las semanas precedentes su apoyo al proyecto de Roland Joffe. Y lo que más alarmaba a las autoridades se produjo: la toma de postura a favor de La ciudad de la alegría del más famoso internacionalmente de los realizadores indios, Satyajit Ray, autor de obras como El mundo de Apu y Los jugadores de ajedrez. 

Las autoridades comunistas del estado reaccionaron en principio con acritud ante Joffe. Un comunicado dijo taxativamente: «La pobreza no es exclusiva de Calcuta, ni tampoco el único aspecto de Calcuta». Las reticencias del Gobierno bengalí acabaron por suscitar la polémica, porque la coalición Frente Nacional, encabezada por V.P.Singh e integrada por partidos de todo signo, y en la que se incluyen los comunistas de Bengala, proclamó durante la victoriosa campaña electoral de noviembre contra Rajiv Gandhi que legislaría, una vez en el poder, para lograr una mayor libertad de expresión, sobre todo en el sector audiovisual.

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