Kásparov derrota 2-0 a Karpov en un duelo que se reedita 25 años después

1988 fue el primer año de tiranía hispana en los Grandes Premios de Velocidad. Los títulos de 80 y 125 quedaron en manos de Jorge Martínez, Aspar. El de 250, el primero de esta cilindrada conseguido por un español, en las de Pons. Sin embargo, además de tres títulos y borrachera de éxitos, hubo algo más. El mano a mano que protagonizaon Sito Pons y Joan Garriga. La última carrera, en Goiania, Brasil, hizo campeón a Pons.

Pero la única razón de que Sito necesitara llegar hasta allí fue Joan Garriga. Los dos pilotos españoles escenificaron un duelo pocas veces visto en el Campeonato del Mundo. No había nada en común, salvo la tierra y la ambición. Ser segundo era una humillación, sobre todo porque al mirar hacia arriba en el podio había que felicitar a otro español. Honda y Yamaha, Pedralbes y Valvidriera, inteligencia y arrojo, llegaron a dividir a la afición española en sitistas y garrigistas. El lujo llegó hasta el punto de no conformarse con una victoria española. Dos personalidades tan acusadas, dos estilos tan marcados, desataron una rivalidad impresionante. Nunca fue lo mismo que ganara -el búho o lo hiciera el pacman.

«Creo que es bueno que Joan también esté en 500, porque así nos serviremos de referencia y podremos ayudamos» señala el maestro de la estrategia. Sito dice, como siempre, lo que tiene que decir, sin una palabra más alta que la otra. «Se ha hablado mucho del águila -John Kocinski tiene una pintada en su casco-

El campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov, se ofreció ayer como mediador en el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia, según declaraciones del ajedrecista recogidas por la prensa soviética. Kasparov, de ascendencia armenia por parte materna, se mostró muy preocupado por los enfrentamientos que se libran en el Cáucaso, que opina «sólo pueden perjudicar mutuamente a las comunidades azerí y armenia», informa Efe. El campeón mundial de los tableros bicolores mantiene la tesis de que algunos miembros del Frente Popular de Azerbaiyán están dispuestos a dialogar con Armenia.