Estudio de Mattison

Continúa el dominio de los hombres de Yamaha que siguen copando las tres primeras posiciones de la general. Neveu sigue siendo el líder en la categoría de motocicletas, mientras que Orioli, con Cagiva, ha recuperado una posición en perjuicio de nuestro compatriota Carlos Mas. 

Gil y Riba, ambos del equipo CamperYamaha, ocupan respectivamente los puestos 14 y 17 de la clasificación general al llegar a Dirkou. Antes de todo esto, han sido varias las agresiones que han sufrido algunos de los participantes durante el recorrido por territorio libio.


En la localidad de Sabha, un grupo de asaltantes atacó a los participantes, y en concreto al equipo número 436, formado por los franceses Thomas y Joulain, quienes fueron obligados a bajar del coche, tras lo cual los agresores se dieron a la fuga lleván doce el propio vehículo de carreras. Sólo unas horas después el ejercito libio recuperó el vehículo con lo que el equipo francés pudo continuar su carrera. Pero a pesar de todas estas anécdotas, el rallye continúa con dirección a la playa de Dakar. 

Los accidentes han comenzado y la dureza del desierto del Ténéré ha comenzado a causar bajas en la caravana que hace ahora nueve días salió de la capital francesa. La etapa de hoy discurre entre las localidades nigerianas de Dirkou y Gourti, con un recorrido total de 497 kilómetros, todos ellos de prueba especial. Cuenta con la dificultad habitual del desierto del Ténéré Se trata de uno de los puntos fuertes del rallye. Tras el oasis de Bilma, los participantes llegan a un mar de dunas de una gran dificultad que ha sido balizado para evitar pérdidas. Existe además un control de paso muy difícil de encontrar y que puede ser una de las claves de la etapa.

La Policía abrió fuego contra la multitud que llamaba «asesino» a Nicolai Ceaucescu
Las Fuerzas de Seguridad rumanas abrieron fuego ayer indiscriminadamente contra los manifestantes ayer en la plaza de la República en el centro de Bucarest después de que los reunidos gritaran «Ceaucescu asesino» y «abajo el dictador». Sobre el suelo de la plaza y de distintas calles de la capital, quedaron tendidos numerosos heridos y un número indeterminado de cadáveres. Horas antes, el dictador convocó una concentración para pedir el apoyo de sus fieles a su régimen. Acudieron cien mil personas que comenzaron aclamándole, pero inesperadamente grupos de asistentes, fundamentalmente jóvenes estudiantes, comenzaron a dar gritos hostiles contra Nicolai Ceaucescu, que no daba crédito. 

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