La crisis entre Roma y Bruselas

El último y agrio enfrentamiento entre Romano Prodi, primer ministro italiano saliente, y su viejo rival Silvio Berlusconi, vencedor en las elecciones del domingo, es por culpa del asiento de su país en el colegio de comisarios de Bruselas, vacío desde que Franco Frattini decidió presentarse a las elecciones.

El actual vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Justicia e Interior será ministro de Exteriores en el Gobierno de Berlusconi, pero aún no ha comunicado oficialmente su marcha de Bruselas y seguirá de excedencia hasta el 28 de abril, a la espera de un acuerdo entre Berlusconi y Prodi, quien tiene el poder para nombrar al sustituto, que deberá ser confirmado por el Parlamento Europeo, escéptico ante las ocurrencias de Il Cavaliere.

«No queremos otro Buttiglione», decía, con risa nerviosa, antes de las elecciones, un responsable de la Comisión, colega ideológico de Berlusconi, pero temeroso de que el italiano envíe algún candidato tan problemático como el político de ideas homófobas que puso en peligro la confirmación de la Comisión en 2004.

José Manuel Durão Barroso pidió el lunes a su colega conservador que sustituya «lo antes posible» al comisario, pero, de momento, las «consultas» prosiguen dentro de la polémica doméstica. Prodi ha propuesto nombres de consenso y prestigio internacional, como Giuliano Amato o Emma Bonino. La ministra de Asuntos Europeos, ex comisaria y líder liberal de los Radicales tenía posibilidades, pero se ha presentado en estos últimos comicios con la lista del Partido Democrático de Veltroni, lo que podría dificultar su elección.

Entre los candidatos de Berlusconi, más polémicos, están los eurodiputados de Forza Italia Antonio Tajani y Mario Mauro, con fama de poco conciliadores en la Eurocámara, y Giorgio La Malfa, histórico dirigente republicano, parlamentario italiano y condenado a seis meses de cárcel por corrupción.

El líder de los liberales en el Parlamento, Graham Watson, ya ha llamado a Barroso para desaconsejarle que acepte a los polarizadores eurodiputados de Forza Italia, que podrían encontrarse con el voto contrario de su grupo, además de los socialistas y los verdes, en una recreación del caso Buttiglione.

Sea quien sea, el elegido tendrá un mandato de poco más de un año, porque en noviembre de 2009, tras las elecciones al Parlamento Europeo, toca renovar en pleno la Comisión.

Tajani es el favorito de Berlusconi, según fuentes comunitarias, y Barroso incluso se reunió el lunes con el eurodiputado italiano y Frattini para intentar darle el visto bueno sin consultar con Prodi. El ex presidente italiano de la Comisión se quejaba ayer en Nueva York de su marginación en una decisión que, al menos sobre el papel, le toca a él. «Yo tengo que nombrarlo legalmente», dijo Prodi, quien aseguró que ha enviado al ganador de los comicios cinco opciones «bipartidistas» y aún no ha recibido ninguna respuesta. «Tengo derecho a una contestación. No quiero saber por los periódicos qué ha hecho el Gobierno», insistió Prodi.

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