La mujer de Obama es una mona

Más de cuatro millones de seguidores en Twitter, nueve millones en Facebook, un blog, Mrs. O, a mayor gloria de su estilo, escudriñado hasta la saciedad por los mass media... Y, desde hace unos días, 200.000 followers en Instagram. La Primera Dama de los Estados Unidos –@FLOTUS es su acrónimo tuitero– es tan ducha en las redes sociales como en lo que a promocionar el made in the USA se refiere. 

Y es precisamente en internet donde sus elecciones estilísticas recaban likes y retuits que para sí quisieran las blogueras más recalcitrantes. Aupada a la categoría de celebridad viral, vestir a Michelle Obama es una suerte de El Dorado para los diseñadores de moda, que ven multiplicadas sus ventas en cuanto la antaño abogada los escoge para uno de sus múltiples actos –189 entre noviembre de 2008 y el mismo mes de 2009–. 

Un estudio de la Universidad de Harvard citado por The Huffington Post cifraba en 2,7 billones de dólares las ganancias de las 29 marcas que alimentaron su guardarropa en ese periodo, seminal en la construcción de su alabado look. En los albores del primer mandato presidencial de Barack Obama, Michelle sentó las bases de un fondo de armario que atina al apostar tanto por creadores minoritarios –Isabel Toledo o Thom Browne– como por etiquetas mainstream, léase J.Crew o Talbots.

Todo, mostrando una inclinación "nada premeditada", según la autora del blog Mrs. O, Mary Tomer, hacia la moda americana. Otro de sus aciertos radicaría en la variedad de sus apuestas indumentarias: no se entrega, como sus insignes predecesoras, a un modisto en particular –Oleg Cassini en el caso de Jacqueline Kennedy; James Galanos y Oscar de la Renta en el de Nancy Reagan–. Prefiere variar, y es capaz de hacerlo hasta 50 veces en cuatro años. "La Primera Dama escoge su propia ropa sin considerar más criterios que la comodidad y el verse favorecida", declaraba su portavoz de campaña, Olivia Alair, a The Washington Post en junio de 2012. 

"Adoro que sea fiel a sí misma cuando se viste. Demuestra que su compromiso con la individualidad es real. Además, ha puesto el foco sobre la moda americana. Aprecio mucho su apoyo", secunda la diseñadora Rachel Roy. La historia de amor entre la mediática First Lady y la industria de la moda no puede ser más correspondida, de ahí la movilización sin precedentes que los popes del sector, con Anna Wintour en cabeza, orquestaron para la reelección de Obama. 

Organizaron cenas y galas para recabar fondos, se apresuraron a realizar donaciones privadas –Reed Krakoff aportó 3.000 dólares y Tory Burch, el máximo, 5.000, según The Washington Post– y hasta auspiciaron una campaña online, Runway to Win, que recaudó 40 millones de dólares para la causa demócrata a través de la venta de camisetas. Barack Obama ganó las Elecciones Presidenciales en noviembre de 2012. @FLOTUS no da puntada sin hilo.

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