Las piernas de Stacy Kiebler

Son la noche y el día, un cambio drástico para un hombre ampliamente democrático a la hora de elegir pareja. De la italiana Elisabetta Canalis a la estadounidense Stacy Kiebler hay un salto tan notable que resulta difícil encontrar puntos comunes, protagonistas ambas de una transición contundente que George Clooney ha digerido con su sonrisa habitual y su manifiesto cinismo a la hora de lidiar con su vida sentimental ante el resto del mundo. 

El soltero de oro de Hollywood ha pasado de una sofisticada modelo europea a una luchadora libre que se ha ganado la vida a golpe de porrazos en el ring y luciendo camisetas ajustadas. Stacy Keibler, que ya tenía nombre tras su dilatada trayectoria profesional en el particular mundo de la lucha libre norteamericana, más conocida como wrestling, es, de momento, el nuevo amor del cotizado actor de 50 años.

Se conocieron el pasado verano en la escena habitual de Clooney, en su casa del Lago di Como, donde a base de amigos comunes y encuentros casuales entre copas y playas de arena fina, los dos se fueron acercando hasta ser motivo de páginas y páginas en las revistas del corazón a ambos lados del Atlántico.

Dijeron sus cercanos entonces que era demasiado pronto como aventurarse sobre una relación más profunda tras sus dos años de noviazgo con Canalis, pero a Clooney poco parecen importarle las especulaciones porque el viernes pasado se presentó en el festival de Toronto del brazo de su amiga para la premiere de Los idus de marzo, la nueva película del actor.

Llegaron separados al festival para evitar problemas mayores y se abstuvieron de gestos cariñosos -como cogerse de la mano- a la salida, rumbo a una fiesta en la ciudad canadiense. Pero ya no hay duda de que son pareja y de que se sienten cómodos mostrándose ante las masas.

A pesar de que lo suyo no es el cine ni las alfombras rojas sino los saltos acrobáticos en el ring, Kiebler no desentonó en absoluto con un elegante vestido negro y luciendo piernas y una sonrisa inmaculada. Cuesta creer que esa joven de Baltimore, desfilando con gracia por la alfombra roja del festival de Toronto, fuera la misma que durante 8 años se dedicó a sacarle partido a sus curvas y su figura atlética en los montajes del wrestling.

Comenzó en el espectáculo en 1999, de la mano de su novio de entonces, Kris Cumberland. Kiebler se hizo con una plaza de las Nitro Girls, pasando por encima de 300 candidatas al puesto. Con el paso del tiempo desarrolló su propio personaje dentro de esa peculiar escena, convertida en Miss Hancock con sus trajes de chaqueta y sus características entradas al ring, entrelazada en las cuerdas y mostrándole las bragas al entusiasmado personal.

Fue el primero de muchos papeles en el cuadrilátero además de un par de relaciones estables producto del escenario, hasta que decidió abandonar el desfile de camisetas mojadas y dedicarse a otros menesteres. No dejó la escena pública, sin embargo. Se dio a conocer aún más tras su participación en uno de los programas de máxima audiencia en Estados Unidos, Dancing with the Stars, donde quedó tercera.

Además, ha sido portada de revistas como Maxim y Stuff, con oferta incluida para posar desnuda para Playboy, que acabó por rechazar. Y eso que está acostumbrada a aparecer ligera de ropa en las fotos. Antes de eso, fue directora de una de ellas, Stuff, donde se convirtió en una de las reinas del aerobic y el ejercicio con una columna para los lectores, Getting Fit.

Keibler, una chica de una familia católica de Baltimore, es una atleta, modelo y actriz, y ha sabido sacarle mucho partido a sus piernas, las más largas de la profesión en la lucha libre profesional. No tiene planes de matrimonio a sus 31 años ni intención de lograr lo que nadie ha conseguido hasta ahora: tener hijos con Clooney. Sabe que ese fue el error de su antecesora en el cargo, una Canalis que anunció a los cuatro vientos que se veía casada en poco tiempo y formando una familia, unas declaraciones que para muchos terminaron de forma abrupta con la relación que mantenía con Clooney.

Kiebler es de coraza dura, acostumbrada a moverse en todos los terrenos, sin ataduras sentimentales. Quizá por eso Clooney la acaba de aceptar a prueba en su cerrado círculo sentimental. Veremos hasta cuándo.

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