En el vestuario usa frases geniales.

Si feliz es quien vive de sus pasiones, feliz ha de ser José Mel Pérez (Madrid, 1963), entrenador del Betis, uno de los equipos de su vida, que el sábado juega en el Bernabéu contra el otro, el Real Madrid; y que hoy eleva a público un fervor privado, la emoción por la literatura, presentando su primera novela, El Mentiroso (Jirones de Azul), un relato protagonizado por un excéntrico millonario y que narra el hallazgo de unos manuscritos en una cueva de Qumrán -cerca del Mar Muerto-, que harán temblar los cimientos de la Iglesia Católica.

Pregunta.- ¿Le aplica literatura al fútbol?

Respuesta.- No especialmente. Pero es cierto que, de todo lo que lees, siempre sacas alguna frase genial para ciertos momentos. A veces las uso en el vestuario y los jugadores se creen que son mías [risas].

P.- Sus preferencias literarias.

R.- Para evadirme, María Dueñas, Julia Navarro, Almudena Grandes, Falcones... Para escribir yo, ahora estoy con la biografía de Velázquez y el Madrid de esa época [contexto de su próxima novela].

P.- ¿Y las futbolísticas?

R.- Como con los libros, bebo de todo. Incluso cuando era futbolista, me sentía entrenador. Empecé entrenando en un pueblo de Madrid , El Álamo, como el Oeste, a un equipo de Preferente. Me hacía cada día 60 kilómetros. Luego me fui a ver trabajar a Cruyff a Barcelona, estuve con Floro, Benítez, Luis… De cada uno vas cogiendo cosas para hacer tu mezcla. Cada vez que estoy en el paro, vuelvo de gira. Todo evoluciona y hay que estar al día. Es mentira que todo esté inventado.

P.- Un gran entrenador de baloncesto, Ettore Messina, decía que, lejos de ganar partidos, bastante hacían ustedes no estorbando.

R.- No le falta razón. Por eso Vicente del Bosque es tan bueno. Yo le tuve tres años en el Castilla. No era titular, porque estaban Butragueño, Pardeza… Jugaba mis ratitos. Pero como pedagogo, Vicente era fantástico. Nunca nos podíamos enfadar con él. Eso, llevado al Madrid, manejando tales egos, le dio el éxito. Y en la selección, igual.

P.- Mourinho es otra cosa.

R.- A mí me parece un crack, y le voy a decir por qué: ha hecho escuela. Muchos entrenadores se quieren asemejar a él, o nos queremos, porque tiene muchísimas virtudes a imitar. Como persona, lejos de su imagen pública, también le valoro por cosas que dice la gente que ha estado próxima a él. No hay trabajador ni del Oporto, Chelsea, Inter o Madrid que hable mal de él.

P.- Hombre, Pedro León no le manda flores, precisamente.

R.- Una excepción. Pero no conozco a otro. Y tenga en cuenta que Mourinho no trabaja con jugadores como los que tengo yo, que quieren ser. Él lo hace con gente que ya es, con un vestuario lleno de egos. En eso está demostrando que es muy bueno. Mourinho sólo tiene un problema: el Barcelona.

P.- Diga, diga...

R.- Pues eso, haber coincidido en el tiempo con uno de los mejores equipos de la historia. El mayor problema para el Madrid es que el Barça, en lo futbolístico, es mejor sin discusión. Su estilo está consolidado desde hace muchos años. Se fue Milla y apareció Guardiola, después Xavi, ahora Thiago… Jugadores con una marca. Y el Madrid ha de crear la suya. Pero lo que le vi, por ejemplo, frente al Espanyol me encantó. Fútbol vertiginoso que también atrae al espectador.

P.- ¿Y todo vale para superar al Barça? Mire, recuerdo una frase de Rafael Gordillo, que como usted conocía bien la casa blanca, que Mourinho le habría durado cinco minutos a don Santiago Bernabéu.

R.- Mire, el Madrid que yo viví era diferente, igual que la sociedad. Entonces era todo respeto máximo a los dirigentes del club. En el Castilla, cuando el presidente Luis de Carlos entraba en el salón nos poníamos todos de pie. Y hasta que no nos decía que nos sentásemos, no lo hacíamos. Eso hoy es impensable para chicos como Pozuelo, Vadillo, Sergio [los nuevos cachorros béticos]... Todo evoluciona, aunque no sé si para mejor o peor.

P.- ¿Le jugarán al Madrid como al Barça el año pasado, en la Copa?

R.- Por supuesto, aunque sean completamente diferentes. Mire, nosotros sabemos que el Barcelona nos puede hacer daño, pero también que podemos hacérselo a él. Estilísticamente, somos una versión muy inferior, pero parecida. Mientras que el Madrid es todo velocidad, contragolpe... En el Barça y nuestro Betis lo que corre es el balón. Al Madrid, los ataques le duran tres segundos. No necesita más. Con Cristiano, Di María, Özil… cada pelota que perdamos la utilizará con vértigo.

P.- ¿Les quitaría a Cristiano o a Xabi?

R.- El jugador que más daño puede hacernos es Cristiano, pero no tengo dudas de que, sin Xabi, Cristiano es menos.

P.- Mantener el sello conlleva un riesgo.

R.- Pero no nos queda otra. Nuestra personalidad nos hace sentirnos importantes. Y, si he estado 15 meses convenciendo a mis futbolistas de una manera de jugar, no puedo llegar al Bernabéu y decir que eso no vale… No tengo miedo. Soy entrenador para hacer cosas grandes. Yo sé que en el Bernabéu, mi equipo me va a hacer un buen partido.

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