Otro problema de ajedrez

El grupo de los protestantes contra el dictador aumentó y aumentó con sus consignas contra el régimen. Ceaucescu completamente desorientado quedó mudo por espacio de varios minutos en el balcón desde el que estaba pronunciando su discurso. Poco después continuó su alocución anunciando subidas de salario y subvenciones para las familias con hijos.


Los gritos en su contra arreciaron, coreados por mayor número de personas cada vez. Entonces, aparecieron varios tanques que bloquearon las salidas de la plaza de la República. Tras ellos irrumpieron las Fuerzas de Seguridad con rifles y metralletas, abriendo fuego indiscriminadamente, según dieron cuenta las agencias de noticias soviéticas y yugoslavas. A partir de ese momento creció la confusión por todos lados. Se escucharon las ráfagas y ruidos de explosiones de las granadas lacrimógenas, mientras los helicópteros sobrevolaban la zona. 

Tras la carga de la Policía en uniforme de campaña, algunos manifestantes gritaron: «no somos fascistas, porqué venís», mientras otros rompían los fotos de Ceaucescu. Algunos manifestantes levantaron a sus hijos en brazos, mientras cantaban el himno rumano «Despetad, rumanos», pero ello no impidió a la Policía disparar. La multitud asustada empredió la huída en todas las direcciones. Según la agencia Tass los tanques atropellaron en la plaza de los Estudiantes y de la Unidad de Bucarest a los estudiantes, al tiempo que la Policía abría fuego contra «todo lo que se movía». Varias personas que acudieron a socorrer a los que fueron aplastados por los vehículos fueron alcanzados por disparos de metralleta.

Al mismo tiempo en la ciudad de Timisoara, donde comenzaron los enfrentamientos hace unos días, se manifestaron ciento cincuenta mil personas a pesar de las medidas de seguridad adoptadas por los cuerpos de seguridad del Estado. El Ejército en esta ocasión no quiso intervenir y se mantuvo al margen de los que protestaban contra el régimen de Ceaucescu. La ciudad quedó completamente paralizada por la huelga general, que fue secundada totalmente. En las ventanas aparecieron crespones negros en señal de duelo por las víctimas de los últimos enfrentamientos con la Policía. 

En esta ciudad se ha creado el «Comité para el socialismo y la democracia» que pide elecciones libres y democráticas y reclama sanciones centra los responsables de las represiones de los últimos días. Entre sus peticiones figura la de que se permita la entrada en el país a los representantes de la prensa extranjera para que informen sobre la realidad de los acontecimientos que están sucediendo en Rumanía.

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