Telefónica es el primer operador de Brasil
Después de tres meses de dura batalla, Telefónica consiguió ayer su objetivo y se convirtió en la primera empresa de telecomunicaciones de Brasil. La teleco española selló un acuerdo con Portugal Telecom para hacerse con el control del operador brasileño de móvil Vivo. El pacto no fue fácil. Telefónica tuvo que elevar por cuarta vez su oferta hasta 7.500 millones de euros para que el Gobierno luso levantase su veto a la operación.
El interés nacional que impedía al Gobierno luso autorizar la compra de Vivo por parte de Telefónica tenía un precio. La operadora española consiguió ayer su objetivo y firmó un acuerdo con PT para la compra del primer operador de telefonía móvil de Brasil. Pero, la empresa que preside César Alierta tuvo que volver a elevar su oferta en 350 millones de euros para que el primer ministro portugués, José Sócrates, pudiese justificar la retirada de su veto a la operación de cara a la opinión pública de su país.
La operación se cerró en la noche del martes, 10 días después de que Telefónica retirase la oferta por Vivo ante la falta de una respuesta de los portugueses, y fue aprobada en la mañana de ayer por los consejos de administración de ambas empresas.
Por la tarde, todos celebraron su victoria pírrica. El primer ministro portugués calificó de «excelente» el acuerdo alcanzado por PT, que también incluye su entrada en el capital de Oi, el cuarto operador de móvil de Brasil con el que Portugal podrá permanecer en ese mercado.
«Mereció la pena haber resistido a todas las presiones de los mercados financieros, a las presiones de los intereses más inmediatos, a las presiones de los que amenazaban con procesos judiciales, a las presiones de OPAs hostiles y en definitiva, haber resistido a las presiones de los que pensaban que se podía y debía hacer un negocio que limitaba a PT en su ambición internacional», argumentó el político socialista.
En sus propias palabras, el ejecutivo de Lisboa no dudará en volver a utilizar sus acciones de oro siempre y cuando sirvan para defender los intereses estratégicos de Portugal. Sus palabras llaman la atención, ya que el Tribunal Europeo de Justicia declaró ilegal su golden share en PT el pasado 8 de julio.
Pero, el Gobierno no fue el único que sacó pecho por la rentabilidad lograda por PT con la acción de oro. También el presidente ejecutivo de la compañía, Zeinal Bava, reconoció en una intervención a la prensa que el uso de la golden share por parte de Lisboa les había dado el tiempo necesario para mejorar la oferta de los 7.150 millones de euros que fue aprobada por abrumadora mayoría el pasado 30 de junio en una junta de accionistas y vetada por el Gobierno de Portugal.
En España, a pesar del alto precio pagado, el presidente de Telefónica, César Alierta, afirmó ayer en un comunicado sentirse «satisfecho» porque la compra de Vivo permitirá al grupo español convertirse en el líder de las telecomunicaciones de Brasil, el mercado más jugoso para el sector en Latinoamérica, con 69,2 millones de clientes.
En el entorno de Telefónica se restaba importancia a la cuarta y última subida de la oferta que la compañía ha tenido que hacer en tres meses, ya que ésta respondía más a una operación de maquillaje que a un incremento real.
Ante la insistencia de PT de cerrar la venta de su participación del 30% en Vivo por 7.500 millones de euros (cifra que supera la capitalización bursátil de PT), Telefónica eliminó algunos puntos de la letra pequeña de la oferta anterior.
Así, la española no pagará a PT (con la que controlaba a medias el 60% de Vivo a través del holding Brasilcel) un dividendo retenido en Brasil de 50 millones de euros, ni el dividendo correspondiente a las ganancias de los próximos tres años de la teleco brasileña, algo que sí contemplaba su anterior propuesta.
Además, la española pagará con un préstamo sindicado y dirigido por Citigroup en tres plazos a la lusa y ahora sólo desembolsará el 40% del total (4.500 millones de euros) con lo que prevé ahorrar otros 140 millones de euros en financiación. Después, abonará 1.000 millones el 31 de diciembre de este año y los últimos 2.000 millones en octubre de 2016.
Por último, Telefónica también ahorrará 150 millones de euros al eliminar del contrato la cláusula por la que tenía que devolver de forma inmediata a los portugueses su participación del 10% en PT.
La compañía vendió un 8% de ese paquete hace meses y según lo estipulado en la última oferta, ahora tenía que volver a comprarlo para cerrar la operación. La empresa española no volverá a tomar posiciones en la lusa y venderá el 2% restante de PT cuando las condiciones del mercado lo aconsejen.
No obstante, Bava insistió en vender ayer el final del culebrón empresarial como un win-win que satisface los intereses de todas las partes. Mientras que Sócrates pudo presumir ante los ciudadanos lusos de que «los administradores han sabido aprovechar ese tiempo para seguir negociando, sin fecha límite, en unas negociaciones que han sido exigentes, duras y difíciles».
Y es que en este periodo, el equipo de Bava ha podido cerrar su entrada en el brasileño Oi, al comprar el 22% de sus acciones por 3.750 millones de euros y garantizar «el proyecto empresarial a gran escala de PT» con el que Sócrates quiere crear el mayor grupo de telecomunicaciones en lengua portuguesa.
El líder del Partido Social Demócrata (PSD) y jefe de la oposición de Portugal, Pedro Passos Coelho, censuró ayer que el Gobierno portugués vetara la venta de la participación de Portugal Telecom en Vivo a Telefónica. En su opinión, «en Europa nadie puede tirar piedras a los vecinos». Coelho reprobó el uso de la acción de oro por parte del Gobierno luso el día en el que Portugal Telecom alcanzó un principio de acuerdo con Telefónica para venderle el 30% de la compañía brasileña. «Creo que Europa no gana, pierde, cuando los Estados utilizan mecanismos de esta naturaleza», remachó.
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