El cierre de la M30

Menos del 15% de las carreteras incluidas en el plan de accesos a Madrid están concluidas. El 40% se encuentra en obras y el resto en periodo de licitación pública o en proyecto. Sólo 6 de los 45 tramos previstos han entrado en servicio. La comisión de seguimiento del plan de accesos se reunió ayer para examinar la marcha de las obras. Integran este órgano el director general de Carreteras del MOPU, Rafael Fernández, el tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, José Luis Garro, y el director de Transportes de la Comunidad Autónoma, Fernando Menéndez. El plan fue suscrito en febrero de 1986 por las tres administraciones citadas. Pero fue ampliado con nuevos tramos en diciembre del año pasado.

El plan requiere una inversión aproximada de unos 110.000 millones de pesetas. Se lleva gastado un tercio del total. La mitad de las inversiones van destinadas a la M-40, un anillo de 60 kilometros con tres carriles por sentido. El MOPU y la Comunidad son las instituciones encargadas de financiar las obras. El primero aporta 75.000 millones y la segunda 25.000. El Ayuntamiento se encarga de expropiar y pagar los terrenos, para lo que dedicará cerca de 10.000 millones. El plan incluye el cierre de la M-30, con los enlaces del Puente de los Franceses y de Puerta de Hierro con el norte de la ciudad, la construcción del cuarto cinturón o M-40, dos nuevos accesos al aeropuerto de Barajas, variantes de las actuales carreteras nacionales y otras actuaciones. El director general de Carreteras señaló que las dificultades que surgen en la expropiación del suelo es la causa de los retrasos en la ejecución de los proyectos.


Carro apuntó que el Ayuntamiento agilizará las expropiaciones. El mayor problema son los poblados de chabolas, ya que los residentes en ellas entorpecen las obras si no se les proporciona otro alojamiento. El Ayuntamiento lleva realojadas a 400 familias y tiene pendiente de realojar a otras 150. Según Rafael Fernández, se produce incluso un fenómeno de picaresca: las personas que desean una vivienda construyen enseguida una chabola en la zona señalizada para abrir una carretera, antes del comienzo de las obras. Las nuevas vías tropiezan a veces con la redes de servicios. Así, en uno de los tramos de la M-40 que está casi terminado existe una torre eléctrica en medio de la calzada. La administración debe pagar a la compañía el traslado del poste, en este caso 10 millones de pesetas.

Fernández calcula que a finales de 1991 estará concluido el cierre de la M-30 y las tres cuartas partes de la M-40. Para entonces, del cuarto cinturón sólo quedará por construir el distribuidor noroeste, que enlazará la N-VI y la N-I y pasará por el monte de El Pardo. El concejal de Prospectiva del Ayuntamiento, Pedro Ortiz, reiteró ayer que la M-40 se habrá quedado pequeña cuando sea inaugurada. Según él, sólo tendrá capacidad para 60.000 vehículos diarios cuando la intensidad de circulación será mayor, llegando incluso a los 100.000. El director general de Carreteras opinó, por el contrario, que la M-40 tendrá capacidad para 100.000 vehículos diarios, aunque soportará un tráfico menor: entre 35.000 y 75.000 coches.

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