El fado nunca muere
Marisa dos Reis Nunes (Mozambique, 1973), alias Mariza, vuelve a actuar en Madrid dos años después de aquel concierto memorable en el Auditorio Nacional que hizo en compañía de Miguel Poveda y la Orquesta Nacional de España, en presencia de la Reina Doña Sofía. Esta vez, la gran renovadora de la música tradicional portuguesa se presenta el 24 de junio en los Teatros del Canal, cerrando el Segundo Festival del Fado. A Mariza la entrevistamos en París porque viene de actuar en el Rio Loco de Toulouse, un prestigioso certamen consagrado a la world music que, en esta edición, hacía especial hincapié en la lusofonía, con intérpretes no sólo portugueses, sino también de Brasil, Mozambique, Cabo Verde...
El show del próximo domingo de esta mestiza nacida en África y criada en una taberna del barrio lisboeta de Mouraria girará en torno a su último trabajo, Fado tradicional (2010), que repasa todos los palos estilísticos de este género musical reconocido el año pasado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Pregunta.- Tras ser criticada por los guardianes de la ortodoxia, su quinto álbum de estudio es de un clasicismo fascinante, ¿por qué?
Respuesta.- Siempre he mezclado estilos sin preocuparme del qué dirán. Pero aquí quería rendir homenaje al repertorio que se cantaba de niña en la taberna de mis padres. De ahí el título de Fado tradicional. El show gira en torno a este trabajo e incluye algunos éxitos antiguos, pero todo interpretado con una banda acústica de cuatro músicos donde prima la guitarra portuguesa. En la parte central, me quedo sola con la guitarra y hacemos unos cuantos temas como si estuviéramos en el mismo barrio de Mouraira.
P.- ¿Para cuándo el próximo disco?
R.- No lo sé, porque después de parar para dar a luz a mi hijo Martín, no tengo claro lo que voy a hacer. Por eso esta gira es muy intimista y en ella busco el contacto con el público. Necesito sentir a la gente, tocarles casi, saber qué quieren escuchar y qué esperan ahora de mí. El fado es una música que vive de la energía de las otras personas. Es un ejercicio de dar y recibir. Y yo ahora necesito recibir.
P.- ¿Cuál es su relación con Brasil?
R.- Fascinación. Mi padre vivió allí y yo de niña escuché mucha música de samba, bossa... Incluso fui a vivir a Bahía unos meses. También he tenido la suerte de cantar con Gilberto Gil o Yvete Sangalo o de que Jacques Morelenbaum me produjera Transparente (2005).
P.- Usted que ha trabajado también con muchos grandes artistas españoles (José Mercé, Poveda, Javier Limón, Buika...), ¿con quién le gustaría colaborar próximamente?
R.- Siempre hablamos con Omara Portuondo de hacer algo juntas. Algún día coincidiremos. Pero mi sueño sería grabar con Paco de Lucía, Chico Buarque o Tony Bennett.
P.- ¿Se lo ha pedido a alguno?
R.- A los dioses no se les puede pedir. No me pasa por la cabeza que vayan a aceptar.
P.- ¿Cómo ve la situación actual de su país y de Europa?
R.- Económicamente y políticamente es un momento triste, pero estamos remando para salir. Es increíble que, a pesar de la crisis, la gente en Portugal va cada vez más a conciertos. Es como si necesitaran la música ahora más que nunca.
P.- Y el fado sirve bien para eso.
R.- Sí, es una música del alma que exorcisa muy bien los malos espíritus. Igual que el blues o el flamenco.
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