Quien es la ley si no yo

Dick Tracy, personaje que inaugura el género policíaco de los comics en el año 1931 en el New York Daily News y en el Chicago Tribune, fue creado por Chester Gould en un momento en el que la violencia y el asesinato imperaban en los EEUU, siendo impotentes las fuerzas del orden en imponer la justicia, incluso por la corrupción de sus mismos cuerpos. En medio de aquel caos, la misma prensa se valió de Dick Tracy, barbilla cuadrada y nariz aguileña, que enseguida comenzó su lucha contra el crimen. Las tiras de prensa fueron acusadas en su momento de extremada crueldad y sadismo, pero como se decía, «Dick Tracy es la Ley» y el personaje se impuso en poco tiempo y cada día se extendía más su venta.

Claro que a esta violencia habría que oponer el carácter simplista de sus dibujos, elementales y de marcado estilo cómico en los rostros -de ahí podría partir también la denominación comic- de los personajes, sobre todo en la impresionante galería de malvados. La catadura de sus rostros y los nombres con que eran bautizados casi siempre correspondían a su actividad delictiva, y lógicamente todos eran marcadamente feos. Dick Tracy es una historieta social con fuertes dosis de realismo.

Cuando a Gould se le reprochó la violencia que transmitían las aventuras de Tracy contestó que un policía ve más sangre en una ronda nocturna que la que él puede sugerir con todos sus dibujos. El mismo se inscribió en una escuela policial de enseñanza científica del delito para conocer los métodos que empleaban los profesionales. Allí aprendió todo de la moderna técnica de la balística, impresiones digitales, análisis de escrituras, química empleada en descubrir cuánto tiempo hizo que murió una persona y todo tipo de secretos.

Gould también incorporó a Tracy métodos ultramodernos para su tiempo: una radioreloj de pulsera, incluso más adelante un aparato televisor en la muñeca, y también otros elementos tecnológicos no superados ni por el mismo James Bond. Las aventuras de Dick Tracy que en octubre de 1991 alcanzarán los 60 años de publicación ininterrumpida, han pasado por varias manos de colaboradores y ayudantes, ya que Chester Gould falleció en 1985 a los ochenta y cuatro años, si bien había dejado de colaborar en la serie tiempo antes. Pero Dick Tracy sigue su itinerario evolucionando con los tiempos y fascinando a nuevas generaciones.

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