Terenci Moix un niño mimado

Entre la biografía y el ensayo literario se mueve El tiempo es un sueño pop. Vida y obra de Terenci Moix (RBA), de Juan Bonilla, una especie de búsqueda cronológica de Moix a través de sus libros. Bonilla, además de releer toda su obra y hablar con amigos que lo conocieron, también quiso buscar las huellas del Terenci más desconocido, el que se fue a Londres y París, y que incluso trabajó durante unos meses en la legendaria librería Shakespeare and Co, donde Bonilla buscó las huellas de Moix... pero no encontradas. 

El libro es, asimismo, una reivindicación de Terenci Moix, un escritor que tuvo una primera etapa innovadora y de respeto crítico, y después, tras ganar el Planeta, se convirtió en el autor más vendido en España con libros muy variados y, a menudo, sólo discretos. «Terenci Moix fue un gran escritor y, durante el franquismo, un adelantado a su tiempo, tanto en su obra como en su vida», dice ahora el biógrafo. 

Para Juan Bonilla, la época dorada de Moix fue entre finales de los 60 y principios de los 70, un breve periodo en el que escribió abundantes libros (todos en catalán), como La torre de los vicios capitales y sus grandes novelas: El año en que murió Marilyn y Mundo macho. La tercera de las grandes, El sexo de los ángeles, la publicó en 1992, pero es, según recuerda Bonilla, una reelaboración de un texto de aquella época. 

El título de esta biografía literaria tiene su sentido: «El tiempo es un sueño pop», recuerda Bonilla, «era uno de los títulos que barajaba Moix para el cuarto tomo de sus memorias. Por otra parte, el tiempo, las ruinas, son el tema principal de Terenci, al que se le puede considerar el primer autor pop español». 

La trayectoria literaria de Terenci Moix tiene dos etapas muy distintas, según la lengua en la que escribió. Se pasó al español, «cuando consideró que ya había tocado techo en catalán», pero el salto resultó doloroso. Eran los años 80 y Terenci estaba al borde del abismo, como recuerda Bonilla: sus dos primeras novelas en español no se vendieron, los críticos catalanistas lo atacaron, su pareja le había dejado y él se encontraba muy deprimido y descuidado físicamente. Entonces llegó Lara y le ofreció presentarse al Planeta, que obtuvo con No digas que fue un sueño, su primera novela egipcia, Vendió un millón de ejemplares. 

«Cuando todo le va mal y está a punto de tirar la toalla, el Planeta la salvó la vida», señala Bonilla, que afirma que aquel galardón fue el primer paso de Terenci para convertirse en e l autor más popular de España, aunque, ahora, todas aquellas obras se hayan desvanecido. 

«Lo mejor del Moix en español son, precisamente, sus libros de memorias, los tres volúmenes de El peso de la paja», dice Juan Bonilla, que tuvo que leer la trilogía antes de enfrentarse a su biografía literaria, y los abordó como si fuese un detective, tratando de adivinar qué era lo real y lo inventado en esas mil páginas. 
«Terenci Moix fue toda su vida un niño mimado», reconoce Bonilla, fijando la posición del autor ante la vida. «Tenía muchos complejos: no haber estudiado una carrera, no ser un conquistador, no llegar al público culto... En sus obras, sus personajes se le parecen, todos son como él, pero mejorado». 

Juan Bonilla ha querido reinvindicar la figura de Terenci Moix, que permanece oculta precisamente por «el peso de la paja», y cuya personalidad y popularidad dejó tocado al escritor. El personaje pudo con la persona y hasta con su obra. 

Es la realidad dolorosa: el autor más querido de España de hace una década está hoy prácticamente olvidado. «El año pasado traduje Sadístico, esperpéntico e incluso metafísico, su único libro que no estaba en español, y no se ha vendido. No es el único caso. También le ha pasado a Cela, a Torrente, a Vazquez Montalbán, autores cuya presencia arropaba sus libros. Quizás tengan que pasar un purgatorio, del que no todos se salvarán».

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