Las acrobacias del ahijado politico de Berlusconi.
Si en lo más profundo del subconsciente de Angelino Alfano anida el muy freudiano deseo de matar al padre para poder ocupar su puesto, la verdad es que está disimulándolo muy bien.
Este siciliano de 41 años que estudió en Milán, que ha sido ministro de Justicia de Silvio Berlusconi y a quien Il Cavaliere ha designado como su delfín muestra un amor incondicional hacia su padre político. Pero también parece decidido a darle un buen lavado de cara al Pueblo de la Libertad (PDL), el partido fundado por Berlusconi cuyas riendas tomó el pasado mes de julio, y a convertirse -primarias mediante- en el candidato a primer ministro de esa formación en las próximas elecciones generales. Siempre y cuando aquel ex gobernante lo permita, claro está.
«He hablado varias veces con Berlusconi sobre este asunto y me ha asegurado que no pretende ser de nuevo primer ministro», aseguraba Alfano, rematando sus palabras con una sonrisa Profidén, en el encuentro que hace unos días mantuvo con un pequeño grupo de corresponsales extranjeros en Italia. Pero lo que tiene claro es que Il Cavaliere no se va a retirar a su casa a practicar la jardinería, sino que seguirá tratando de jugar un papel importante en los asuntos políticos del país. Y por si alguien se hubiera hecho ilusiones de lo contrario, el mismo Cavaliere lo confirmó ayer en una intervención televisiva, no se va.
«Berlusconi dimitió el pasado 1 de julio como presidente del partido y en noviembre como primer ministro. Sin embargo, lo que no se puede pedir es que dimita como líder. Y Berlusconi sigue siendo un líder. Por eso asegura que está dispuesto a poner en marcha una gran alianza de moderados capaz de ganar las próximas elecciones, pero que no pretende ser de nuevo primer ministro», insiste su delfín.
Pero que nadie le pida a Alfano distanciarse de su mentor político y mucho menos apuñalarle. Y eso que algunos analistas consideran que le iría mucho mejor si lo hiciera. «Yo tengo autonomía intelectual y de pensamiento. Como ministro de Justicia, Berlusconi jamás ha intervenido en mis decisiones. Pero si lo que se me pide es un paso más, la traición, no, eso no. La amistad y la lealtad son valores en los que creo».
Alfano está convencido de que Berlusconi sigue contando con gran apoyo popular. No sólo es que a diario reciba, a través de las redes sociales en internet, montañas de mensajes de personas que le dicen que les gustaría que el ex premier volviera a ser el cabeza de lista del centroderecha en las próximas elecciones generales. Además, los sondeos que ha encargado la formación también muestran que «la popularidad de Berlusconi sigue siendo alta».
«Los italianos coinciden en que no les ha ido mal con él, que su política no ha tenido un efecto negativo en sus vidas. Monti, por ejemplo, ha reformado las pensiones y ha reintroducido el impuesto sobre la primera vivienda que nosotros habíamos eliminado, decisiones que tendrán un impacto directo en millones de ciudadanos y que explican por qué su Gobierno ha sufrido una pérdida de consenso del 10% en sólo una semana», afirma convencido Alfano.
Pero, entre elogios y más elogios a su padre putativo, el siciliano se ha enfrascado en una intensa campaña para tratar de demostrar que el Pueblo de la Libertad, el partido fundado por Il Cavaliere, no es una más de las empresas del magnate multimillonario que éste administra como le viene en gana y de manera despótica. «Nuestro partido tiene un origen carismático basado en la personalidad de Berlusconi y, por ese motivo, con frecuencia nos acusan de ser una reminiscencia suya. Yo he querido demostrar que somos un partido democrático».
Para ello, el delfín ha llevado a cabo no sólo una fuerte campaña de inscripciones que ha impulsado al Pueblo de la Libertad a convertirse en el partido con más afiliados de toda Europa (1.150.000 militantes con carné), sino que también está trabajando para poner en marcha asambleas públicas, que serán las encargadas de elegir a los líderes locales de la formación y a los más de un centenar de candidatos que concurrirán en las listas del partido a los comicios municipales, que se celebrarán la primavera que viene.
Además, Alfano promete solemnemente que el próximo candidato a primer ministro del Pueblo de la Libertad será elegido mediante un proceso de primarias que se celebrarán en otoño de 2012, pensando en que el Ejecutivo del ex comisario Monti agotará la actual legislatura y a los italianos no se les convocará a las urnas hasta la primavera de 2013.
Y para que nadie dude del talante democrático del Pueblo de la Libertad ni del suyo propio, Alfano ha convocado un congreso del partido para este nuevo año, en el que los integrantes de la formación deberán decidir si quieren que siga siendo su secretario general, visto que su designación se produjo a dedo por parte de Berlusconi, aunque luego fue refrendada por aclamación del Consejo Nacional.
Este siciliano de 41 años que estudió en Milán, que ha sido ministro de Justicia de Silvio Berlusconi y a quien Il Cavaliere ha designado como su delfín muestra un amor incondicional hacia su padre político. Pero también parece decidido a darle un buen lavado de cara al Pueblo de la Libertad (PDL), el partido fundado por Berlusconi cuyas riendas tomó el pasado mes de julio, y a convertirse -primarias mediante- en el candidato a primer ministro de esa formación en las próximas elecciones generales. Siempre y cuando aquel ex gobernante lo permita, claro está.
«He hablado varias veces con Berlusconi sobre este asunto y me ha asegurado que no pretende ser de nuevo primer ministro», aseguraba Alfano, rematando sus palabras con una sonrisa Profidén, en el encuentro que hace unos días mantuvo con un pequeño grupo de corresponsales extranjeros en Italia. Pero lo que tiene claro es que Il Cavaliere no se va a retirar a su casa a practicar la jardinería, sino que seguirá tratando de jugar un papel importante en los asuntos políticos del país. Y por si alguien se hubiera hecho ilusiones de lo contrario, el mismo Cavaliere lo confirmó ayer en una intervención televisiva, no se va.
«Berlusconi dimitió el pasado 1 de julio como presidente del partido y en noviembre como primer ministro. Sin embargo, lo que no se puede pedir es que dimita como líder. Y Berlusconi sigue siendo un líder. Por eso asegura que está dispuesto a poner en marcha una gran alianza de moderados capaz de ganar las próximas elecciones, pero que no pretende ser de nuevo primer ministro», insiste su delfín.
Pero que nadie le pida a Alfano distanciarse de su mentor político y mucho menos apuñalarle. Y eso que algunos analistas consideran que le iría mucho mejor si lo hiciera. «Yo tengo autonomía intelectual y de pensamiento. Como ministro de Justicia, Berlusconi jamás ha intervenido en mis decisiones. Pero si lo que se me pide es un paso más, la traición, no, eso no. La amistad y la lealtad son valores en los que creo».
Alfano está convencido de que Berlusconi sigue contando con gran apoyo popular. No sólo es que a diario reciba, a través de las redes sociales en internet, montañas de mensajes de personas que le dicen que les gustaría que el ex premier volviera a ser el cabeza de lista del centroderecha en las próximas elecciones generales. Además, los sondeos que ha encargado la formación también muestran que «la popularidad de Berlusconi sigue siendo alta».
«Los italianos coinciden en que no les ha ido mal con él, que su política no ha tenido un efecto negativo en sus vidas. Monti, por ejemplo, ha reformado las pensiones y ha reintroducido el impuesto sobre la primera vivienda que nosotros habíamos eliminado, decisiones que tendrán un impacto directo en millones de ciudadanos y que explican por qué su Gobierno ha sufrido una pérdida de consenso del 10% en sólo una semana», afirma convencido Alfano.
Pero, entre elogios y más elogios a su padre putativo, el siciliano se ha enfrascado en una intensa campaña para tratar de demostrar que el Pueblo de la Libertad, el partido fundado por Il Cavaliere, no es una más de las empresas del magnate multimillonario que éste administra como le viene en gana y de manera despótica. «Nuestro partido tiene un origen carismático basado en la personalidad de Berlusconi y, por ese motivo, con frecuencia nos acusan de ser una reminiscencia suya. Yo he querido demostrar que somos un partido democrático».
Para ello, el delfín ha llevado a cabo no sólo una fuerte campaña de inscripciones que ha impulsado al Pueblo de la Libertad a convertirse en el partido con más afiliados de toda Europa (1.150.000 militantes con carné), sino que también está trabajando para poner en marcha asambleas públicas, que serán las encargadas de elegir a los líderes locales de la formación y a los más de un centenar de candidatos que concurrirán en las listas del partido a los comicios municipales, que se celebrarán la primavera que viene.
Además, Alfano promete solemnemente que el próximo candidato a primer ministro del Pueblo de la Libertad será elegido mediante un proceso de primarias que se celebrarán en otoño de 2012, pensando en que el Ejecutivo del ex comisario Monti agotará la actual legislatura y a los italianos no se les convocará a las urnas hasta la primavera de 2013.
Y para que nadie dude del talante democrático del Pueblo de la Libertad ni del suyo propio, Alfano ha convocado un congreso del partido para este nuevo año, en el que los integrantes de la formación deberán decidir si quieren que siga siendo su secretario general, visto que su designación se produjo a dedo por parte de Berlusconi, aunque luego fue refrendada por aclamación del Consejo Nacional.
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