Muere un niño de 6 años antes de ser operado.
La Asociación el Defensor del Paciente ha pedido a la Fiscalía de Madrid que se investigue la muerte de un niño de seis años. El pequeño falleció en el hospital Ramón y Cajal el 18 de diciembre, después de que fueran a operarle en la clínica madrileña San Francisco de Asís.
La tragedia, según sospechan los familiares del pequeño y la propia asociación, pudo deberse a la anestesia que pusieron al niño, que iba a ser operado del tendón de Aquiles, una intervención menor de la que ya había sido tratado otras dos veces anteriores.
El estremecedor relato de la tía del pequeño lo resume todo: «A las 18.30 horas se llevaron al niño al quirófano, un niño totalmente sano y lleno de vida en ese momento. Mis familiares (padres y abuelos del niño) ya intuyeron que algo iba mal, pues a la hora el niño no había salido y hubo muchas carreras dentro del hospital.
Cuando sale el cirujano nos informa de que no han operado al niño, pues al ponerle la anestesia ha entrado en parada cardiorrespiratoria, pero le habían conseguido reanimar, e inmediatamente lo trasladan al Hospital Ramón y Cajal en una ambulancia medicalizada. Ingresa en el Hospital Ramón y Cajal a las 23.15 horas de la noche del viernes. Lo que nos dicen allí es que el niño está en muerte cerebral, y que le van a hacer una serie de pruebas para ver el alcance y secuelas. El domingo 18 de diciembre, a las 3.00 horas, fallece».
«La semana pasada estuvimos en el sanatorio San Francisco de Asís, donde nos han entregado el informe, en el cual aparece con términos médicos, más o menos lo expuesto. Pero a nosotros no nos cuadra nada. ¿Cómo es posible que en una intervención menor como era a la que iba a someterse el niño fallezca por parada cardiorrespiratoria cuando le ponen la anestesia? El niño ya había sido operado y anestesiado anteriormente y no había mostrado ningún síntoma de rechazo a la anestesia».
«¿Cómo es posible que nadie desde el Hospital Ramón y Cajal pidiera la autopsia del niño? ¿Quizás estaban tapando algo? ¿Cómo es posible que la unidad de trasplantes no acudiera a pedir la donación de los órganos del niño completamente sano? ¿Quizás el niño estaba contaminado por la anestesia y no era posible la donación? ¿Por qué se nos dijo en varias ocasiones por parte de la doctora a cargo que por qué no incinerábamos al niño? ¿Quizás se querían tapar pruebas?».
«Los padres, a sus escasos 40 años, ya habían perdido con anterioridad a un niño de tres años que nació con parálisis cerebral […] Ahora vuelven a perder a su único hijo y, para más inri, en estas fechas tan familiares [...]».
La familia del niño remitió este escrito a la Asociación el Defensor del Paciente y ésta se lo ha enviado a Manuel Moix, fiscal jefe de Madrid, para pedirle que la Fiscalía abra una investigación de oficio ante una presunta negligencia médica. La carta de la tía del pequeño destaca también que el equipo médico que le intervino el otro día era el mismo de las dos operaciones anteriores. La asociación y la familia piden cautela en el caso, pero sospechan que hubo un exceso de anestesia.
La tragedia, según sospechan los familiares del pequeño y la propia asociación, pudo deberse a la anestesia que pusieron al niño, que iba a ser operado del tendón de Aquiles, una intervención menor de la que ya había sido tratado otras dos veces anteriores.
El estremecedor relato de la tía del pequeño lo resume todo: «A las 18.30 horas se llevaron al niño al quirófano, un niño totalmente sano y lleno de vida en ese momento. Mis familiares (padres y abuelos del niño) ya intuyeron que algo iba mal, pues a la hora el niño no había salido y hubo muchas carreras dentro del hospital.
Cuando sale el cirujano nos informa de que no han operado al niño, pues al ponerle la anestesia ha entrado en parada cardiorrespiratoria, pero le habían conseguido reanimar, e inmediatamente lo trasladan al Hospital Ramón y Cajal en una ambulancia medicalizada. Ingresa en el Hospital Ramón y Cajal a las 23.15 horas de la noche del viernes. Lo que nos dicen allí es que el niño está en muerte cerebral, y que le van a hacer una serie de pruebas para ver el alcance y secuelas. El domingo 18 de diciembre, a las 3.00 horas, fallece».
«La semana pasada estuvimos en el sanatorio San Francisco de Asís, donde nos han entregado el informe, en el cual aparece con términos médicos, más o menos lo expuesto. Pero a nosotros no nos cuadra nada. ¿Cómo es posible que en una intervención menor como era a la que iba a someterse el niño fallezca por parada cardiorrespiratoria cuando le ponen la anestesia? El niño ya había sido operado y anestesiado anteriormente y no había mostrado ningún síntoma de rechazo a la anestesia».
«¿Cómo es posible que nadie desde el Hospital Ramón y Cajal pidiera la autopsia del niño? ¿Quizás estaban tapando algo? ¿Cómo es posible que la unidad de trasplantes no acudiera a pedir la donación de los órganos del niño completamente sano? ¿Quizás el niño estaba contaminado por la anestesia y no era posible la donación? ¿Por qué se nos dijo en varias ocasiones por parte de la doctora a cargo que por qué no incinerábamos al niño? ¿Quizás se querían tapar pruebas?».
«Los padres, a sus escasos 40 años, ya habían perdido con anterioridad a un niño de tres años que nació con parálisis cerebral […] Ahora vuelven a perder a su único hijo y, para más inri, en estas fechas tan familiares [...]».
La familia del niño remitió este escrito a la Asociación el Defensor del Paciente y ésta se lo ha enviado a Manuel Moix, fiscal jefe de Madrid, para pedirle que la Fiscalía abra una investigación de oficio ante una presunta negligencia médica. La carta de la tía del pequeño destaca también que el equipo médico que le intervino el otro día era el mismo de las dos operaciones anteriores. La asociación y la familia piden cautela en el caso, pero sospechan que hubo un exceso de anestesia.
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