Que falló para que el Blu-Ray no triunfase y Youtube si
Las grandes ideas están sobrevaloradas, decía recientemente
Carlos Domingo, presidente de Telefónica Investigación y Desarrollo, y autor de
El viaje de la innovación.
Es la ejecución de esas ideas lo que marca si
triunfan o pasan sin pena ni gloria.
Una ejecución que, gracias a metodologías
como el lean start up, ha dejado de ser coto cerrado de los grandes. Hoy por
hoy, las nuevas tecnologías hacen posible que una empresa de nueva creación
lance un producto disruptivo, abriendo nuevos mercados y creando nuevas
necesidades.
El go to market se acelera, los ciclos de vida comerciales se
acortan y, sin embargo, algunas innovaciones aparentemente rompedoras siguen
cayendo en el olvido. Acertar con el lugar y, sobre todo, con el momento sigue
siendo crítico en la era digital.
El divulgador americano Steve Johnson habla en su libro
Where good ideas come from (de donde vienen las buenas ideas) de la Regla
10/10, por la que todo avance –que no sea una simple mejora tecnológica– tarda diez
años en pasar de una idea a un producto final, y otros diez en alcanzar el
mercado de masas. La regla se iba cumpliendo –Johnson pone el ejemplo de la
industria de la televisión–... hasta que llegó YouTube.
El portal de vídeo
online consiguió pasar de concepto a superar los 30 millones de vídeos vistos
al día en apenas dos años. "Pasar de la televisión analógica a la alta
definición es una evolución, no una disrupción: hay más píxeles, el sonido es
más inmersivo, los colores son más intensos. Pero las personas ven la HDTV de
la misma manera que lo hacían antes. YouTube, por su parte, alteró radicalmente
las reglas.
Ya no te sentabas y veías un programa, también podías subir tus
propios vídeos, recomendar contenidos a otros y debatir sobre éstos", dice
el autor. "YouTube es significativamente más innovador que la televisión
de alta definición, a pesar de que ésta resuelve un problema técnico más
complejo", concluye.
Bajo esta misma premisa, y siguiendo con el mismo ejemplo,
otras innovaciones posteriores, como el Blu-ray, no han supuesto un cambio
suficiente en la experiencia de uso que haga posible un cambio en los hábitos
de las personas. Los portales de suscripción como Netflix, en cambio, sí
aportan un valor diferencial.
¿PUEDEN LOS CONSUMIDORES ASUMIR TANTA INNOVACIÓN?
Los
reproductores Blu-ray, las televisiones ultraslim y las primeras 3D llegaron al
mercado con escasa diferencia de tiempo, en una industria en la que la vida
media de los productos ronda aún los cinco años. ¿Hay tiempo material para absorber
tanta innovación?
Los ciclos se han acortado enormemente pero es evidente que,
en Internet, estas limitaciones físicas prácticamente desaparecen. Los
fabricantes de coches, por ejemplo, trabajan para recortar a la mitad –de 3
años a 18 meses– el tiempo que tardan en convertir un concepto en un vehículo
comercial.
En cambio, "en el mundo digital, toda aquella disrupción en su
propuesta de valor tiene una oportunidad", señala Nacho de Pinedo, CEO de
la escuela de negocios digitales ISDI.
¿PUEDE UNA ‘START UP’ CREAR TENDENCIAS, O SÓLO SEGUIRLAS?
"Nuestro servicio era tan innovador que nos costó arrancar",
confesaba esta semana un emprendedor durante la última edición de Fuckup Nights
en Madrid.
"A una marca pequeña le será siempre difícil abrir un
nuevo mercado, pero no imposible", comenta Teresa Gallo, del departamento
de I+D de la multinacional 3M. "Las nuevas tecnologías han democratizado
la innovación, pero el éxito dependerá del valor diferencial que aporte, la
experiencia de uso y, por supuesto, de que el entorno sea el propicio",
insiste De Pinedo.
EL ORDEN DE LOS FACTORES SÍ ALTERA EL PRODUCTO.
Un entorno
adecuado es aquel que reúne las condiciones previas para hacer posible el
despegue de una nueva innovación. YouTube, por ejemplo, no habría sido posible
antes de Flash y del boom de las conexiones domésticas de banda ancha.
Juan Carrión, profesor del área de posgrado de ESIC,
recuerda el caso de los cigarrillos sin humo Premier, en la década de 1990.
"Los analistas vaticinaron que serían el mayor éxito de la industria del
tabaco, y sin embargo no cuajaron. Probablemente hoy por hoy, dadas las
restricciones legales y la intensificación de la cultura del cuidado personal,
sí tendrían cabida en el mercado", opina.
SEGUNDAS OPORTUNIDADES.
Un mismo producto puede fracasar en
un momento dado, y triunfar años después. El emprendedor español Nacho Somalo,
CEO de la desaparecida Alice.com en España, está convencido de la viabilidad
del modelo de negocio de esta start up. Simplemente, no contaban con los fondos
suficientes para aguantar hasta que el sector despegara.
El gigante químico 3M es un viejo defensor de las segundas
oportunidades. Muchos de los productos, incluyendo el archiconocido Post-it,
fueron fruto de invenciones fallidas, a las que se les encontró un nuevo uso.
En cualquier caso, esto "no habría sido posible en un entorno donde no
exista una cultura de la libertad y de la colaboración", recuerda Gallo.
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